Franqueados 0.15: el arte asalta los escaparates de Madrid
Gafas graduadas sumergidas en un mar de grullas de papel. Un libro enmarañado entre los hilos de una trama de lana o unos metalizados y chilloncísimos carteles que gritan mensajes positivos son algunas de las sorpresas que te pudiste encontrar hasta el sábado 28 de febrero si callejeaste por los barrios de Malasaña, Chueca o Conde Duque.
Franqueados es arte a pie de calle. Arte en los escaparates, expuesta para todos los públicos, sin restricciones ni limitación de clase alguna. La idea viene de la mano de Jorge de la Cruz, que en colaboración con Estefanía Arias y apadrinado bajo el sello de La Casa Franca, ha celebrado ya la tercera edición del festival. A su cierre hemos querido hablar con Jorge para hacer un repaso del desarrollo de estos diez días de Franqueados.
Libera La Fiera: ¿De dónde nace la idea de este festival?
Jorge: Franqueados es un hijito de La Casa Franca, una vivienda pequeña y abandonada que transformamos en un espacio muy cañí con un aire vintage y muy novedoso. Este espacio me dio la posibilidad de hacer realidad una idea que llevaba tiempo macerando, un lugar destinado a ser Club de artistas, sin un interés económico sino divulgativo. Pero llegó un momento en que LaCasaFranca empezó a quedarse pequeña y fue cuando planteé eventos externos, como Franqueados. Me llegaban propuestas muy grandes, con necesidades de más espacio, de más gente o de más recursos que yo no podía ofrecer. Entonces, un día paseando por la calle me di cuenta de que inconscientemente vas mirando cristales, y de alguna forma lo que ves lo haces tuyo, te lo apropias. Las esquinas, las tiendas, los escaparates, los pequeños recovecos del barrio son parte de tu propiedad. Así que pensé: “Qué mejor sitio que el cristal de un escaparate que tiene un magnetismo brutal. Cuando hablo de esta propuesta les digo a los artistas: “Cuánta gente va a ver vuestra exposición, ¿miles? ¿Más que miles? Porque cuánta gente pasa por la calle en diez días por el barrio de Malasaña, muchísima….
LLF: ¿Franqueados interviene en el resultado final o los artistas participantes tienen plena libertad de acción en sus obras?
J: Una distinción que hay que dejar clara es que Franqueados no es escaparatismo, la idea no es decorar, ya hay otras ferias que están para decoración y diseño, lo que Franqueados pretende es que la gente se pare en un escaparate porque hay algo que les llama la atención pero que luego, una vez delante de la obra, se pueda iniciar un ejercicio de reflexión. Sin embargo un escaparate no es un sitio neutro, es un sitio en el que se muestran objetos diariamente para que la gente los compre, así que saber manejar la fina línea que separa nuestro festival de la finalidad rutinaria del escaparate necesita ser asesorada pues es muy complicada, y de malentenderse todo el concepto correría el riesgo de irse al traste. Si por ejemplo eres un artista que creas unos jarrones de porcelana con una finura extrema pero los instalas en un escaparate lleno de cacharros desordenados tu obra perderá, a ojos de la gente, todo su valor, pero si limpias el espacio visualmente, jerarquizas elementos o recortas zonas de exposición puedes lograr un resultado llamativo y novedosos, y eso es lo que hacemos en Franqueados. Semanas previas al festival nos reunimos con los artistas seleccionados para introducirles en todas estas cuestiones que son diferentes de cualquier otra exposición y orientarles, luego en los días de montaje asesoramos y damos el visto bueno a todas las instalaciones. Para el artista exponer en Franqueados es un reto y generalmente el resultado es impecable, son muy pocas las ocasiones en las que tenemos que intervenir. En cualquier caso para nosotros es muy importante que el resultado final sea perfecto.
LLF: Ante este reto a muchos se les ocurrirá lo que no se les ocurriría jamás si no se les ofrecieran estas condiciones. Es el espacio el que marca la dirección que ha de tomar la obra…
J: De alguna forma sí, es una oportunidad para realizar una obra específica en un espacio diferente lleno de posibilidades plásticas, tanto por el entorno como por el producto que posea la tienda que puede sumarse a la instalación de la obra. Los artistas que han ganado los premios al mejor escaparate, Lucio Zurdo y Sandra Val, en la conferencia de Conde Duque de Encuentros con artistas decían: “Gracias a Franqueados porque nos ha metido un montón de caña”. Les rechacé dos propuestas y les animé a redondearla más, la tercera ya fue una propuesta cerrada, sólida y muy bien llevada. El espacio que les tocó era un espacio muy bonito pero muy difícil, en la calle Santa Mónica, y han hecho un escaparate precioso que todo el mundo se para a ver. ¿Hubieran hecho eso en una exposición al uso? Pues seguramente no.
LLF: ¿Qué diferencias has ido notando entre la primera edición y las siguientes?
J: Ha sido muy peculiar, porque la tercera edición ha bebido más de la primera que de la segunda. La segunda sirvió para que nos dieran muchas collejas, y la tercera para que nos diéramos cuenta de que el modelo que servía era el primero, el original. En la segunda se intentó seguir un modelo cuantitativo, masivo, mientras que en esta hemos perseguido la calidad y un trato mucho más humano y cercano. Cuando la gente busca una propuesta como Franqueados no quiere un Arco, no le interesa, quieren algo hecho con cariño, con personalidad, todo lo contrario a una feria gigante que resulta fría e impersonal. Este año de las cosas que me han proporcionado más satisfacción es cómo se han involucrado los artistas, los comercios, incluso los asistentes, el público que ha hecho las rutas guiadas, cómo han entrado a hablar con los dueños… ese es el mayor logro de Franqueados, el movimiento que se ha generado.
LLF: Se hace mucho más interesante cuando se trabaja en colectivo, hace que sea más disfrutable…
J: Vino un galerista a la fiesta de entrega de premios y me dijo: “Esto es como un experimento sociológico, se podría analizar.” Mientras que en ediciones anteriores he sentido que la participación era más rutinaria, una línea más de CV, en esta he visto a los artistas más participativos, más motivados, muchos me han dicho que ya están pensando la obra que van a presentar para el año que viene. Al final deja de ser una exposición y se convierte en una vivencia, una experiencia que merece la pena vivir. Ya no les importa engrosar en currículum, lo que les gusta es el hecho de participar, el hecho de vivirlo.
LLF: Igual estamos tendiendo más en general a ese tipo de propuestas más cercanas y de mayor calidad humana, más cuidadas, más artesanas, y de alguna manera esa otra parte menos evidente también se percibe.
J: Eso que parece menos evidente es infinitamente más valorado por la gente. Ese es el auténtico éxito, pero claro no es fácil y requiere una gran implicación además de una vocación. Ha habido un proceso previo muy amplio y muy intenso para que cuando llegara el evento todo el mundo estuviera listo, preparado, con la cabeza centrada cien por cien, en la misma onda, y ese también es un trabajo que ahora se ha visto. Solo te puedo contar cosas buenas porque estoy muy feliz.
LLF: ¿Habéis encontrado que cada vez hay más inquietud en el público por encontrar alternativas diferentes?
J: Claro, a la gente le gusta cambiar, que les sorprendan con algo nuevo, y más en esta ciudad que hay tanto de todo, pero Madrid es un sitio en el que la gente está receptiva hacia un ocio de calidad y diferente.
LLF: ¿De dónde le ha venido la financiación a Franqueados?
J: Todo el mundo que participa en Franqueados aporta una pequeña cuota, que recae en un interés común, pues a cambio ofrecemos tantas contraprestaciones que compensan sobradamente la cantidad solicitada. Los artistas aportan 25€ y los locales 55€, como ves son cantidades muy bajas. También intentamos ser coherentes con los gastos, muchos festivales despilfarran dinero en tonterías, incluso en gastos poco ecológicos como cantidades desproporcionadas de material impreso, etc. En Franqueados imprimimos las cantidades que se necesitan, hacemos buen uso de las redes sociales y del material virtual, buscamos materiales y soportes reutilizables, y así podemos cada vez tener más logística.
LLF: Entraría un poco dentro de las economías colaborativas, son vías en las que se está entendiendo cómo no depender de nadie, sino cómo colaborar para ayudarnos unos a otros simplemente a hacer lo que queremos. Nos has hablado de la sostenibilidad del festival, pero ¿encuentras que se puede vivir del arte en España?
J: En mi caso personal, que es del que te puedo hablar, estoy atravesando una buena época y estoy viviendo de ello. No sólo, hago otras cosas, pero me estoy pudiendo expandir y dedicar a lo que quiero. Es verdad que esto no es algo milagroso ni con lo que ganes mucho dinero, ni muchísimo menos, pero al final es un trabajo muy bonito. Todo el mundo se tiene que buscar un camino, y todo camino tiene unas necesidades. Mucha gente está frustrada en el mundo del arte, pero la culpa no es del arte, hay que trabajar en ello, es una carrera, y como en toda carrera, no puedes parar. Más allá de sonar agotador a mi me resulta muy estimulante.