Acción Poética Madrid: La alegría es lo que hace falta para transformar el mundo

Si cada cultura crea un lenguaje, el lenguaje también crea una cultura. No sé si piensas que es lo mismo encontrar, pegado en las paredes de tu barrio, un cartel que ponga: «2X1 en yogures y televisores», que uno que diga: «Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos.» ¿Será tu dia igual sabiendo que alguna persona ahí fuera se ha tomado el interés de pegar poesías en la calle tan solo para contagiarte algo de pasión y de belleza, tan solo para que hoy sonrías un poco más?

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La idea le nació a Jorge García Izquierdo, un estudiante de Filología Hispánica de veintiún años, un día que caminaba por la Puerta del Sol y escuchó a uno de esos «predicadores» que con megáfonos y a voz en grito proclamaba la palabra del evangelio. Jorge se preguntó por qué no se haría algo así con la poesía, eso de retomar las plazas públicas para elevar la voz sobre el bullicio de la ciudad, para divulgar la palabra de los grandes poetas, muertos o vivos, y difundir así la lírica entre los habitantes de la urbe. Dicho y hecho. Se lo comunicó a algunos de sus compañeros de facultad, se armaron con un megáfono, un taburete, unos cuantos libros y copias de poemas para ser leídos, y también con sus voces deseosas de expresión, plenas de lirismo extraido de las aulas y llevado a pie de calle. Y desde aquel 13 de septiembre de 2013, el movimiento ya no ha parado.

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«Queremos continuar haciendo pegadas en las calles. Igual que vemos mucha publicidad, muchos carteles negativos, nosotros hacemos pegadas poéticas. Ya lo hicimos una vez en Lavapiés, y hubo gente que se lo encontró, nos mandó la foto, y nos dijo que le había encantado, nos dio las gracias. Es muy emocionante.» Pero Jorge explica que más allá de una mera expansión de la poesía, su deseo va encaminado a crear un espacio similar a un aula de aprendizaje. Haciendo mención a movimientos como Complu en la calle o Uni en la calle, en los que alumnos y profesores de universidades madrileñas se pusieron de acuerdo para organizar jornadas en las que ciertos espacios de la ciudad fueron ofrecidos para convertirse en aulas para todos los ciudadanos, también comenta que se fijaron en otras cosas ya hechas como La Barraca, el grupo de teatro de Lorca que iba por los pueblos ofreciendo este arte para gente que no sabía qué era el teatro ni había escuchado poesía en su vida. «El espíritu es el mismo.» Pone el ejemplo de la Acción Poética realizada en Fuenlabrada, donde se acudió a un conflicto social referido al cierre de un aula infantil en el único colegio público que queda en la zona. «Estábamos luchando por la educación pública sin decirlo abiertamente, pero no era desde la dureza de la situación, sino que estábamos disfrutando, estábamos dando alegría, y es justo lo que hace falta para poder transformar el mundo. Se suele decir: “Que el miedo cambie de bando”, pero deberíamos ir mucho más allá, lo que tiene que cambiar de bando es la alegría.»

Las Acciones Poéticas se están celebrando cada dos meses y este sábado 21 de febrero, con la temática de Poesía de Mujeres, se realizará la próxima –a las 18.30 en la Plaza de Aluche, junto a la estatua de la chica leyendo, como no podía ser de otra manera.

Jorge: En un año y cuatro meses hemos hecho un total de seis. Una de las características principales de Acción Poética Madrid (APM) es que cada vez se hace en un sitio diferente. Hicimos la primera en Sol, la segunda en Tirso, en Lavapies, la última en la Plaza de Santa Ana, hicimos una en la Plaza Mayor también, y es bonito porque cada sitio le da su regusto al recital poético. La de Fuenlabrada era mucho más popular, había gente que no había leido nunca poesía, y de repente pasó una tarde escuchando un recital y empezó a interesarse. En la Plaza Mayor la mitad de la gente que vino era extranjera y escuchamos poemas en griego, en turco… y claro, es muy bonito porque luego te lo intentan traducir, hablas con ellos… y la de Tirso fue la que mas me emocionó porque llovió muchísimo, y aun así de repente vimos que vinieron unas treinta personas… y justo cuando empezó el recital, dejó de llover. Pero lo que me parece más bonito de todo esto es que no hemos sido un grupo de amigos que se junta de vez en cuando para hacer su propio recital poético, no es tan endogámico como se pueden ver desde fuera otros espacios poéticos de la ciudad, que están muy bien, pero son más cerrados, sino que fue todo un poco improvisado, fue surgiendo y fluyendo. Hay gente que empezó al principio y que ahora ya no está, porque no ha tenido tiempo, porque no le apetece, y otras personas que nos han descubierto por carteles, por el Facebook, porque nos ha visto por la calle, porque nos conoce personalmente y ha empezado a participar y a aportar sus ideas. Es cierto que no somos un número importante de personas, podemos ser entre cinco y diez los que estamos trabajando en todos los aspectos, y luego hay otros que trabajan a otro nivel… y lo bonito es que hay quienes no habían estado antes en ningún espacio y esto les hizo la suficiente ilusión como para poder sentarse en el suelo y a través de la poesía discutir muchas cosas referentes a otros temas.

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Libera la Fiera: ¿Qué otros temas, por ejemplo?
J: Sobre todo en cuanto a nuestra organización, pero salen muchos temas en general porque todo está conectado. Si a mi por ejemplo me encanta hablar en femenino y todos los textos en nombre de APM los pongo en femenino, puede haber alguien que esté en contra. Voy a acabar generando un debate sobre cómo tratar el género en el lenguaje. Puedo generar un debate sobre la próxima APM pues como temática hemos escogido la poesía de mujeres. A mi me hubiera gustado ponerle el nombre de APM feminista pero obviamente se que eso no es tan popular como decir poesía de mujeres y que tú a través de ahí puedas acabar hablando de por qué es necesario hacer una APM solo de mujeres, o si no es necesario, o cuál ha sido la preponderancia del hombre a lo largo de la historia de la cultura, acabas generando un debate de género super interesante. O el mismo debate que surge en cuanto a la organización, por qué tenemos que hacer la APM en la calle, acabas debatiendo acerca de qué es un espacio público, con quién tienes que gestionar el espacio público, qué es la participación ciudadana…
LLF: ¿Cómo es el tema de esa gestión del espacio público?
J: hemos encontrado que muchas plazas se están privatizando literalmente, como Plaza de España por ejemplo. Un magnate chino le ha dado un dinero al Ayuntamiento de Madrid y ahora él puede hacer con ella lo que quiera. Pero una privatización se puede hacer de diferentes maneras, esta es la más explícita, pero también el hecho de que haya tantísimas trabas con la administración para decir que vamos a hacer una APM es una privatización encubierta. Al final sí nos dan los permisos, pero tardan un mes en darlo, si tú quieres tener una actividad semanal o quincenal tienes que ir a un lugar privado. Te echan, te están echando de lo que al fin y al cabo es de todos. Entiendo que si las personas que gestionan los ayuntamientos quisieran que el espacio público fuera para tí y para mi, los funcionarios tendrían claro cómo se hacen las cosas. No tiene que ser tan complicado.
LLF: Digamos que habéis tenido que ir descubriéndolo sobre la marcha…
J: Claro, porque lo que tampoco hay es una costumbre de la gente de solicitar espacios públicos. Yo por supuesto siempre pienso en la responsabilidad doble, cuando ocurre un problema, yo también tengo la responsabilidad de no crear otro tipo de cultura para arreglarlo. Y es cierto que si se participara más en cualquier tipo de cosas, la gente se conocería más, habría muchas más sinergias, se comenzaría a pensar que el mundo y la vida podrían ser de otra manera. Me parece mucho más peligrosa la postura de pensar que es otra persona la que me lo va a solucionar. Tenemos que autoempoderarnos y decir que somos nosotros mismos, haciendo cada uno lo que más le apetezca y con lo que mas a gusto se sienta, los que comencemos a hacer otro tipo de cosas, otro Madrid.

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LLF: ¿Encuentras fácilmente personas con estas mismas ideas?
J: Lo popular tiene una dificultad muy añadida que es que te encuentras con gente muy diferente, unos tienen una formación, otros tienen otra, y tienes que saber dar todos los pasos porque como en uno de los pasos te equivoques puede ser peligroso. Por ejemplo, por qué hacemos asambleas. Hay mucha gente a la que hacerlas le cansa, y decían que por qué no votábamos por internet, o lo decidíamos unos cuantos. Tener que discutir todo esto, eso también es un trabajo que nos sitúa en por qué es necesario que una sociedad tenga que ser lo suficientemente democrática como para debatir no solamente por internet sino en persona, y como para que no sea solo levantar manos y votar como si fuera un ejército, si no consensuar y participar.

Este es el modo en que Jorge encuentra que a través de la poesía están revolucionando muchisimas otras cosas. «Estamos haciendo que mucha gente que no había ido nunca a una asamblea tenga una conciencia democrática que a lo mejor si le das un panfleto o si le das a leer un libro no le llegará. Simplemente caen en otro espacio con otra manera de funcionar. Imagínate que hubiesen caido en otro lugar donde la forma de trabajar hubiese sido diferente y se pensasen que esa es la única manera de hacer las cosas, oye, pues así ya sabes que se puede funcionar de otro modo. La mayoría de la gente no está habituada a este tipo de cosas… entonces, bueno, no digo la palabra elefante pero a fin de cuentas es un animal enorme con unas orejas increibles y una trompa, pero yo no te voy a decir elefante por si acaso no te mola la palabra. Entonces no te digo que además de poesía estás adquiriendo otro tipo de cultura, pero sin querer estamos auto educándonos en colectivo en cuanto a funcionar democráticamente.»

En su trayectoria APM ha intentado estar en contacto con Acción Poética de otras ciudades, aunque no siempre ha sido lo más fácil consensuar posturas. Han contactado con un representante de acción poética de Latinoamérica, donde recalcan la importancia de llamarse Acción Poética Biblioteca + el nombre de la ciudad, debido a un problema de accesibilidad a las bibliotecas y los libros en Méjico. También han sabido de muchas personas que tienen sus paginas de Facebook y que comparten sus poesias, cuya acción no va más allá de lo virtual, y han tratado de contactar y unirse con algunas páginas ya existentes llamadas igual que ellos antes de crear la suya, pues les pareció lo más lógico, pero no han recibido respuesta, de manera que iniciaron su propio camino y comenzaron a brillar con luz propia.

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Otro de los temas a afrontar para la realización de las APM ha sido la financiación. Tras descartar la posibilidad de buscar un patrocinador para mantener su libertad de acción y debatir varias fórmulas como acudir a otros colectivos o realizar un crowfunding, llegaron finalmente al consenso de que se autofinanciarían vendiendo libros y marcapáginas. «A partir de la tercera APM, hicimos nuestra selección de poemas y empezamos a repartirlos por la calle. Mientras la gente estaba escuchando el recital, nosotros les repartíamos poemas y decían: “Esto por qué me lo das.” Es triste, pero normalmente reaccionan así porque piensan que les vas a vender algo. Y se quedan muy sorprendidos cuando les dices: “No, te regalo un poema. Quiero que lo conozcas, quiero que busques sobre este autor, quiero que te empiece a gustar la literatura y te lo regalo.” En Tirso un matrimonio al que se lo di se quedó tan flipado que me dijo: “Pues toma”, y me dio diez euros, y esa es otra manera de que la gente sienta que eso es suyo también, de que sea popular de verdad. “Yo participo en este sitio”, viniendo a Acción Poética Madrid ya puedes hacer que la gente diga esa frase. Normalmente cuando hablamos decimos: “Bueno, yo estudio esto, trabajo en tal sitio”, pero el “Yo participo” es algo dificil de escuchar. Ciertamente lo bonito es que cada vez se escucha más.»